Versos adolecentes para niños tardíos | ||
Parte primera | ||
Rumbanaria | ||
Jeque mate | ||
Variando lo escribístico | ||
Girandolena | ||
Muela del juicio | ||
Naturaleza hiphop | ||
Anduriña andariega | ||
Todo está cambiando tan | ||
Morir inmuerto | ||
Queque cacofónico costoso sonámbulo | ||
Eran nuestros diamantes | ||
Acertijos en ritmo redondo | ||
Parte segunda | ||
Flor moneda de mi bello síbiricucú | ||
Caracolístico | ||
Rey al revés | ||
Gatos sacerdotales | ||
Me comeré la madera | ||
Araña mono | ||
Simio ancetro | ||
Glosario del poema Detrás del armartillo | ||
Detrás del armartillo | ||
Cielo de Agosto | ||
Soñaba el universo | ||
Luz dormida | ||
Parte tercera | ||
Filial sin diablo | ||
¿Quiénes se besan en la noche? | ||
Lazos frutos | ||
La espuma y tú, en vals | ||
Sabes que si | ||
Volver a amar mis días | ||
Besos moluscos | ||
Querida antónimo | ||
Tu mano suspiro | ||
Prostifruta | ||
A una bella dama | ||
Niña invierno | ||
Parte cuarta | ||
Crisfósforo Columpia | ||
Romance del niño serio | ||
Corriendo entre | ||
Próximo heredero | ||
Nelly Cid, mi poetisa | ||
Anfitriona camarada | ||
Funeral vikingo | ||
Nuestra cadena de hielo | ||
Fibra verde | ||
Pasajero del viento | ||
Que veo, que leo | ||
Hora sagrada |
Independiente
2020
Poesia
Chile - SANTIAGO, ÑUÑOA
19308
“Vivir más allá de haberme muerto...” Por Faride Zerán “Si he de morir /quiero morirme vivo”, escribe Javier Fueyo, el autor de estos “Versos adolescentes para niños tardíos”, que con tributos a Teillier, Neruda, Mistral, Tomás Harris, o Lennon, nos propone un tránsito lúdico y transparente por imágenes, palabras, juegos y asociaciones que laboriosamente van articulando sus múltiples vivencias. “Para el pájaro, el aire/ para mí, el verso”, se presenta a veces este autor con mente y pasión de matemático que también es capaz de tejer sus sueños en filigranas de macramé que dan vida a sus caballos de mar como las palabras que engendran a estos primeros poemas de su primer libro de sus muchas existencias. Estructurado en cuatro partes que dialogan en torno a su desbordante creatividad, Javier Fueyo no se inscribe en ninguna tradición literaria que no sea la de la libertad, aquella que marcó a una generación, la de sus padres, “Don Jorge ‘Trosko’ Fuentes, mi progenitor” y “Doña Luzmila ‘Milo’ Ortiz, mi progenitora”. Hijo de la postmemoria, la suya está intervenida no solo por los archivos de la Operación Cóndor que trajo a su padre de Paraguay a las mazmorras de Villa Grimaldi y luego a la tortura y la desaparición, sino también por los pespuntes de sus campos de girasoles y fibra verde, y “las letras nuevas de los viejos libros”. Porque finalmente, como lo expresa con lucidez Javier Fueyo : “si he de morir/quiero morirme vivo/ y vivir más allá de haberme muerto...”.